giovedì 28 aprile 2016

La ruta del revocatorio que podría sacar del poder a Maduro

La oposición venezolana comenzó ayer una carrera  contrarreloj para iniciar el largo camino que los podría llevar hacia la destitución del Presidente Nicolás Maduro: la activación del referendo revocatorio. Después de un mes de alegatos  y solo un día antes de que se llevara a cabo una marcha nacional, el Consejo Nacional Electoral (CNE) abrió la puerta que la oposición necesitaba para comenzar el proceso hacia el revocatorio: la entrega de las planillas  para reunir las firmas que podrán impulsar la consulta popular, un elemento esencial para llevar a cabo la medida.

Los partidos opositores a Maduro, concentrados en la Mesa de Unidad Democrática (MUD), en esta primera fase tienen 30 días para lograr que el 1% del electorado firme a favor de la medida revocatoria, según confirmó uno de los rectores del organismo, Luis Emilio Rendón. Algunos de los líderes opositores se mostraron muy optimistas y sostenían ayer que la tarea se llevaría a cabo en apenas un día. Debían reunir 195.721 firmas. El dos veces candidato a la Presidencia, Henrique Capriles Radonski, aseguró que obtendrían las firmas “en unas horas”. “Todo el que esté indignado y frustrado por la crisis salga a firmar. Vamos a darle una demostración al del bigote (Maduro) que esto lo vamos a realizar con firmeza”, aseguró en su llamado a firmar a favor del referendo contra el mandatario.

En el peor de los casos, la oposición espera completar las firmas en cinco días. Para hacer válido el proceso, deben reunir el mismo porcentaje para cada estado del país. Luego, el CNE tendrá cinco días para validar las firmas y entonces se daría paso a la fase dos del proceso. La MUD entonces tendrá que recolectar el 20% de las firmas como aval para aprobar un proceso revocatorio contra Maduro, es decir cuatro millones de electores. Según explicó el experto electoral venezolano, Eugenio G. Martínez a La Tercera, la norma establece que una vez definidos los “aspectos logísticos” se dispone de tres días consecutivos para obtener ese porcentaje en firmas. Si se logra, el CNE tendrá 90 días para llamar a un referendo revocatorio. 

Entonces 19 millones de venezolanos estarán llamados a acudir a las urnas para decidir si Maduro se queda o se va. Los adversarios del Presidente deberán conseguir un voto más que los obtenidos por el mandatario en las elecciones de abril de 2013. Es decir más del 50,66% o de 7.505.338 votos. Para la oposición es clave que el referendo se realice este año. Según la Constitución venezolana, el referendo puede ser solicitado a mitad del mandato de cualquier Presidente, lapso que Maduro ya cumplió este mes. 

En Venezuela ya se realizó un referendo revocatorio. Fue en 2004, pero en esa ocasión Hugo Chávez salió victorioso: el No se impuso con un 59,1% y el Sí con un 40,6%. En caso de que el revocatorio se vote el próximo año y Maduro sea destituido, el Presidente será reemplazado por el Vicepresidente. Pero ese cargo Maduro puede designarlo incluso un día antes de la consulta. En la oposición teme que podría recaer en la esposa del jefe de Estado, la “primera combatiente” Cilia Flores.

Por eso la oposición apuesta a que el revocatorio se concrete este año entre noviembre y diciembre,  a pesar de algunos obstáculos que tendrán que enfrentar, como las recientes medidas que tomó Maduro para hacer frente a la crisis energética que sufre Venezuela. La noche del martes, el mandatario anunció que el servicio público sólo trabajará dos días a la semana (lunes y martes). Venezuela vive una de las peores sequías de su historia, que ha afectado directamente al mayor embalse del país, que se encarga del 60% de la energía del país. De esa manera la medida genera menos días hábiles a disposición para la activación del referendo, lo que según Martínez afecta al proceso de “manera relativa”, ya que en la primera fase no debería tener un impacto significativo.  “El problema es la voluntad política del CNE”, concluyó.

Fuente: LaTercera