lunedì 11 aprile 2016

El arsenal que ha heredado Maduro para defender la revolución bolivariana.

Las armas que Chávez compró para preparar belicamente a Venezuela.
Cuando llegó a la presidencia en diciembre de 1998, Chávez había encontrado baterías de artillería y carros de combate obsoletos, un débil sistema de defensa antiaérea y una gran escasez de piezas de repuesto para los aviones suministrados antes por Estados Unidos. Diez años después el panorama cambiaría abruptamente, tanto que llevaron al comandante a alardear de tener el ejército más moderno del mundo.

La compra más importante la realizaría el gobierno chavista con Rusia. Aprovechando un préstamo de 2.000 millones de dólares que le dio Putin, Venezuela ajustó otros US 9.000 millones para comprar en armamento liviano 100 mil fusiles de asalto Kalashnikov AK-103/AK-104, cerca de 5 mil fusiles de precisión Dragunov, más de un millar de lanzacohetes portátiles antitanque RPG-7V2 de 85 mm. Asimismo, se adquirieron una planta para la producción de fusiles AK-103/AK-104 y otra para la munición de 7,62×39 mm, las cuales fueron construidas en Maracay, estado Aragua.


En aeronaves se hicieron a 24 aviones de combate Sukhoi Su-30MK2, incluidos sus sistemas de armas, el juguete preferido de Chávez del que hacía alarde de su velocidad, diciendo que un Sukhoi podía despegar del golfo de Maracaibo, bombardear Bogotá y regresar al portaviones tan sólo en doce minutos  ; 53 helicópteros (38 Mi-17V-5 multipropósito, 2 Mi-172/VIP presidencial, 3 Mi-26T2 de carga pesada y 10 Mi-35M2 de ataque). Además, un centro de entrenamiento para tripulaciones de helicópteros y dos centros de mantenimiento, uno para los Su-30MK2 y otro para helicópteros.

Ese es el arsenal que ha heredado Nicolás Maduro con un ejército dispuesto a defender a cualquier precio la revolución bolivariana.